
Las historias profesores que más allá de la materia que les compete, nos legan enseñanzas de vida, han inundado la pantalla desde siempre.
Antonio Banderas encarna a Pierre Dulaine, un hombre que al parecer hizo de su método de aprendizaje una revolucionaria manera de encausar a los adolescentes problemáticos en las escuelas estadounidenses. O sea, estamos hablando de una historia verídica. Dulaine dictaba sus clases de baile de salón en su propio estudio para chicos ricos cuando cierta noche descubre a un muchacho negro descargando toda su furia contra un automóvil. Resultó ser que el auto era de la directora del colegio de los barrios bajos al que asistía este rencoroso joven. Como Dulaine es viudo y dispone de mucho tiempo libre acude al establecimiento para ofrecer su ayuda. Enseñando a bailar a los más rebeldes de la escuela, ritmos de salón tales como el fox trot, la rumba, el tango o el vals. Dulaine sostiene que tales danzas favorecen el entendimiento y el respeto para con el otro y liman las asperezas que pudieran existir. La rectora acepta el reto sin demasiadas esperanzas y nuestro querido profesor pone manos a la obra.
Claro que los “detenidos”, que no son otra cosa que negros e hispanos, la pasan bomba escuchando y bailando rap, hip hop y marcha y consideran basura otro tipo de música, por lo cual la tarea de Dulaine no será tan fácil.
La cuestión es que los jovenes "rebeldes" salen adelante, pese a madres que se prostituyen, padres borrachos y enfermos, amigos delincuentes y otras yerbas por el estilo.
Todo gracias a la música, el baile y Mr. Dulaine, quien ademàs luce con toda la paciencia y la bondad que tiene, tanto que hasta les paga a cada uno los u$s200 de admisión para la competencia de baile, en la que por supuesto demostrarán lo aprendido en clase.
1 comentario:
Gracia, pero el párrafo inicial es propio o copiado de una reseña?
Publicar un comentario